Un año viejo se fue, y un año nuevo llegó otra vez. ¡Cuán rápido transcurre el tiempo! ¿No se ha dado usted cuenta amable lector? Dentro de escasos 17 meses la nación de Israel, el reloj profético de Dios, cumplirá sus 70 años como estado independiente y miembro de la ONU. El número 70 en la profecía bíblica también significa cumplimiento. Tres años y medio después de que nuestro Señor Jesucristo nos arrebate, a su iglesia, hacia las nubes del cielo, comenzará el periodo profetizado en Jeremías 30:7 conocido como “tiempo de angustia para Jacob”; un tiempo de sufrimientos sin precedentes para Israel y para el mundo, según nuestro mismo Señor lo anticipó en Mateo 24:21 como una gran tribulación cual nunca se ha visto desde el inicio de la historia ni la habrá después. En el verso 22 Cristo advirtió: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.”
“Y si aquellos días no fuesen acortados...”. Oh mis amigos si Dios no acorta los días de la tribulación que vienen, nadie sobreviviría la hecatombe nuclear que habrá entonces. Pero alabado sea el Señor porque al anticristo, al falso profeta y a los hombres impíos, solo se les permitirá actuar hasta la segunda mitad de la tribulación de siete años. Más allá no pasarán. Cristo Jesús sobre una nube descenderá con poder y gran gloria, y juzgará y reinará.
Ciertamente aquellos días serán acortados. La pregunta es si ¿estos días que estamos viviendo antes del rapto de la iglesia serán acortados? Los científicos nos dicen que en los últimos 30 años la frecuencia electromagnética de la tierra se ha disparado al punto que influye en nuestro cerebro dándonos la percepción de que el tiempo transcurre más rápido, el llamado Efecto Schumann. ¡Cristo pronto viene! Ante esta realidad ¿qué debemos hacer? Bueno, orar a Dios nuestro Padre en el nombre bendito de Jesús y decir como leemos en Salmos 90:12 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” Ahora, ¿por qué es importante pedirle a Dios contar nuestros días? Respuesta: Porque los días que nos quedan para vivir en esta tierra son pocos; el tiempo que nos queda es breve. Esta verdad es el trasfondo y contexto de Salmos 90:12, pues en el versículo 9 más arriba leemos: “Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento.” Y el verso 10 añade en su última parte: “Porque pronto pasan, y volamos.”
Mis amables lectores, esta es la inevitable realidad desde que el pecado de Adán trajo como paga y herenciala muerte física y espiritual a todo el resto de la raza humana. Amigo, cuando usted nació, automáticamente usted trajo consigo “un tiquete” para algún día pasar de esta vida a la otra. Es cuestión de tiempo nada más, y cuando llega su turno, entonces le tocará morir. Amigo, la vida es muy corta para cometer errores tras errores, con la esperanza de que tras la muerte uno pueda volver a este mundo para vivir otra vez y corregir todas las equivocaciones. Esto es lo que algunos llaman la reencarnación lo cual es una mentira del infierno. Usted no va a reencarnar; usted va a resucitar ya sea para resurrección de vida eterna, o resurrección de condenación eterna de acuerdo a lo que Jesús enseñó claramente en Juan 5:29.
En Hebreos 9:27 claramente se nos advierte diciendo: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”. Oh, esto es muy serio. Si no hay una segunda oportunidad, y solo podemos vivir una vida en este mundo, entonces debemos vivirla bien y no desperdiciar el tiempo. Aquí decidimos dónde hemos de pasar la eternidad, si con Cristo en el cielo o con el diablo y todos los incrédulos en el lago de fuego. Oh, mi amigo la vida es corta, todo se acaba, solo Dios hace al hombre feliz. Solo Cristo puede salvar tu alma y llenarte de paz y de verdadera felicidad. El pagó un alto precio con sus sufrimientos en la cruz al ser castigado por nuestros pecados, y derramó su preciosa sangre que es lo único que nos puede limpiar de toda maldad. Solo la sangre de Cristo es lo único que nos puede limpiar de todo pecado y llevar al cielo. Arrepiéntete y cree en él y decídete por él, no mañana, sino hoy, hoy, rindiéndole tu corazón y aceptándole como tu único y suficiente Salvador personal y Señor. Si lo haces, tendrás la experiencia más maravillosa de tu vida y estarás en el grupo feliz de redimidos que lo están esperando en cualquier momento.
En Hebreos 9:28 leemos: “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” Oh mi querido hermano estamos esperando que el Señor venga para completar nuestra salvación, arrebatándonos con cuerpos glorificados para poder estar con él para siempre en el cielo. La pregunta es: ¿qué debemos hacer mientras le esperamos? Bueno, muchas cosas, y entre ellas la oración que está en Salmos 90:12 que es el texto central de este mensaje hoy, “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”.
Oh, nuestro corazón necesita sabiduría. Hay un programa de radio que se titula “Sabiduría para el corazón”. La educación moderna te llena la cabeza de conocimientos, pero sabiduría es más que conocimiento; sabiduría es saber aplicar tu conocimiento de manera práctica y para resolver situaciones. Cuando hay un daño en la red informática y el sistema se cae, ¿a quién se busca? A un ingeniero en tecnología quien aplica lo que sabe para resolver el problema. Igual sucede cuando usted visita a un médico. La sabiduría humana es buena y resuelve muchas cosas, pero hay cosas que la sabiduría humana no puede resolver ni da respuesta a los grandes dilemas de la existencia humana y a los conflictos en el alma. Y es allí donde necesitamos una sabiduría superior, la sabiduría que viene de Dios, y como resultado del temor de Dios.
Proverbios 1:7 nos dice que: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;…” Este temor reverente a Dios se afirma a nuestro corazón mientras más conocemos su Palabra. Y esta Palabra nos dice que una de las maneras de traer sabiduría al corazón, es pedirle al Señor que nos enseñe a contar los días. Mi hermano, ¿estás contando bien tus días? Esto no se refiere a contar los días del calendario, no. Dios nos llama a contar nuestros días no cuantitativamente, sino cualitativamente, es decir, con calidad; meditando en todos aquellos detalles de la Providencia divina que hacen que nuestras vidas sean tan bendecidas.
Mi amado, cuenta tus bendiciones de este año y dale gracias a Dios por ellas, por todas esas victorias; pero también cuenta tus fracasos y errores y saca de ellos lecciones para que con la ayuda de Dios no volver a cometerlos. Eso es traer al corazón sabiduría. Pero también cuenta tus pruebas y las dificultades que Dios permite y no las veas como un obstáculo, sino como una oportunidad para que Dios haga algo grande en ti y a través de ti.
¡Hay tesoros en los problemas! Repito: ¡hay tesoros en los problemas! Me enteré el otro día que un hombre de edad mediana por situaciones fortuitas de la vida quedó ciego, pero no se quedó cruzado de brazos. Venció el desánimo y con la ayuda de la providencia de Dios se levantó y diseñó un programa, un software para que las personas invidentes pudieran usar la computadora con un teclado de instrucciones audibles, que les permite escribir, enviar correos electrónicos, oír todo lo que está escrito en la pantalla. Incluso hay otro programa para celulares táctiles que les permite deslizar el dedo en la pantalla enviando mensajes de WhatsApp, y con otras funciones como si pudieran ver. ¡Qué tecnología! Y pensar que el bombillo de esta idea fabulosa se le encendió en la cabeza a este hombre después que quedó ciego.
Oh, en verdad, hay tesoros en los problemas. El problema es que hay los que tienen ojos y no ven, y hay los que no tienen ojos y si ven. Mi hermano, quizás tu gozas de buena visión 20/20, pero hay puntos ciegos en tu visión espiritual de los cuales no eres consciente. Cosas que Dios quiere que veas, y todavía no ves; cosas que debes valorar y todavía no las valoras como deben ser. Eres tan bendecido, y sin embargo, te quejas tanto cuando viene la prueba. Por ejemplo: tienes cinco sentidos. Con tus ojos, puedes ver la maravilla de la creación; con tu olfato, puedes oler un aromático perfume, una deliciosa comida; con tu boca, puedes degustar un suculento alimento; con tus oídos, puedes disfrutar de una buena música; y con el tacto, puedes disfrutar delabrazo de tus seres queridos y de tus amigos.
Aparte de eso tú puedes caminar, correr, etc. Tú no tienes que ir a una máquina de diálisis; tus dos riñones trabajan bien. Sin embargo, en estos momentos hay muchos que están en una silla de ruedas o postrados en una cama por causa de una dolencia y no pueden levantarse. Tú eres tan bendecido por Dios con bendiciones físicas, y si a ello sumamos las espirituales en los lugares celestiales con Cristo, como por ejemplo la salvación que es lo más importante que tu nombre haya sido inscrito en el libro de la vida en los cielos; que tú tengas en tu corazón la presencia del Señor; que tú tengas a Cristo morando a través del Espíritu Santo; sentir al Espíritu Santo; sentir la presencia de Dios; el gozo de Dios; orar y tener acceso al tercer cielo donde está el trono de Dios y establecer una comunicación viva, e íntima personal con el Creador del universo, con el Dios Todopoderoso. ¡Qué privilegio! Y si sumamos todas estas bendiciones físicas y espirituales, entonces habría que concluir que estas súper bendecido. En conclusión: cuando venga la prueba, no te quejes; dale gracias a Dios porque más son tus bendiciones que tus pruebas. Más son tus bendiciones que tus problemas. Las bendiciones de Dios son más numerosas que los males que te aquejan. Cállale la boca al diablo cuando quiera desanimarte y dile: “Satanás, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, vete de mí, porque escrito está Dios ya me bendijo con toda bendición en los lugares celestiales con Cristo Jesús; ¡soy bendecido, soy bendecido, soy bendecido! ¡A pesar de todo, soy bendecido!”. Cuenta tus bendiciones; cuenta tus bendiciones todos los días del año que pasó y de este año. ¡Cuéntalas!, eso es traer al corazón sabiduría.
“Oh, Padre bueno, en obediencia a Salmos 90:12, yo te pido por mis queridos hermanos oyentes y por mí también, que nos enseñes de tal modo a contar nuestros días con tus bendiciones, con tus misericordias, aun en la adversidad, de manera que podamos traer al corazón sabiduría y en todo serte siempre agradecidos”.
Y al contar los días y las bendiciones de Dios recibidas el año pasado, yo no puedo dejar de mencionar a todos aquellos oyentes que de manera fiel con sus oraciones y sus ofrendas de amor, por amor al Señor, han hecho posible que este ministerio radial internacional haya podido mantenerse en el aire y seguir adelante. ¡Gloria a Dios por ello! Si usted mi querido hermano fue uno de los que se dejó usar y tocar por Dios, para bendecirnos con su aporte económico, gracias, muchas gracias por su ofrenda, ya sea pequeña o grande. Usted no se imagina la manera tan tremenda en que Dios usó su aporte oportuno en momentos de gran necesidad ministerial.
Cito como ejemplo a un hermano a quien el Señor ha bendecido y que nos llamó para decir: “Hermano Cooper, pastor, Dios puso en mi corazón enviarle una ofrenda”. Poco tiempo después me llamó para decir que su esposa sintió también enviarnos una ofrenda para Impacto Espiritual. De allá para acá estos esposos han sido más bendecidos todavía. Esto confirma lo que leemos en 2 Corintios 9:6 donde leemos: “…El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará”. Oh mi hermano, Dios no falla en honrar a los que le honran, y cuando tú siembras en buena tierra, Dios te lo va a devolver con una cosecha mucho más abundante todavía. El siempre cumplirá su Palabra. En Lucas 6:38 Jesús dijo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
Hace poco más de un mes yo me sorprendí de oír cómo la gente en Estados Unidos, en Panamá y algunos lugares de Suramérica, en un frenesí y en una locura de compras se entregaron al desenfreno de comprar en el llamado Black Friday, evento en que las empresas tratan de salir del rojo de pérdida para quedar en negro de ganancia o viernes negro. Bueno, nosotros aquí, en Impacto Espiritual, necesitamos más que un Black Friday, necesitamos un God Friday, es decir, que Dios a través de ustedes mis queridos hermanos y hermanas supla lo necesario para poder continuar en el aire en la radio hasta que el Señor lo permita.
Quizás usted mi querido hermano nunca nos ha enviado una ofrenda, pero lo ha pensado varias veces, porque el Señor lo ha bendecido cada semana con estos mensajes proféticos poderosamente ungidos por el Espíritu Santo. Bueno, el Señor te dice que este es el momento de actuar y hacer una promesa de fe, un compromiso con Dios cada mes durante los próximos 12 meses económicamente, para que Impacto Espiritual pueda continuar. Si usted es de los que dirán sí al Señor, y me dirá hermano Cooper cuente conmigo, entonces oiga lo que el Señor dijo a aquellos en la parábola de las 10 minas o talentos que entregó a sus siervos en Lucas 19:13 “… Negociad entre tanto que vengo.”
Y esto es hermanos míos precisamente lo que debemos hacer mientras Cristo viene pronto por su iglesia: negociar, es decir, ser buenos administradores de los recursos que él nos ha dado para que su obra avance en la tierra mediante la predicación del evangelio y para que más almas se salven antes que Cristo venga para arrebatar a su iglesia. Mi oración por usted hermano mío es que Dios traiga a su corazón sabiduría para administrar todo lo que él le provea este nuevo año apartando algo para invertir en su reino a través de Impacto Espiritual. De antemano gracias, muchas gracias por su ofrenda; y estoy más que seguro que Dios le aumentará su bendición sobre usted y sobre su familia ahora y le recompensará mayormente cuando vuelva.
En Apocalipsis 22:12 Cristo dijo: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” Lucas 12:40 exhorta: “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.”