Entre los meses de mayo y junio de 2019 la guerra comercial entre Estados Unidos y China arreció particularmente en el campo de la tecnología de las telecomunicaciones. Arreció de tal manera que la Comisión federal para comunicaciones (FCC) negó una solicitud de la compañía China móvil que pretendía tener autorización para brindar sus servicios dentro de Estados Unidos en los próximos ocho años.
La negativa se debió a que fuentes de inteligencia del departamento de comercio advirtieron que el gobierno chino podría utilizar esa compañía para realizar actividades de espionaje contra el gobierno americano. Una semana antes, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva, prohibiendo a empresas estadounidenses realizar ventas de productos tecnológicos a compañías extranjeras que podrían poner en peligro la seguridad nacional.
La orden de Trump no especificaba nombre, pero era obvio que incluía a la compañía HUAWEI, la cual Washington quiere limitar su actividad dentro del mercado estadounidense. El revuelo se dio a raíz de la competitividad de HUAWEI en la tecnología 5G, por ser el líder mundial en el desarrollo de la telefonía celular de quinta generación que utiliza una red de comunicación de banda más ancha y que es más rápida y de mejor calidad.
HUAWEI es el fabricante más sofisticado en la tecnología de 5G. Y ante esta guerra económica en su contra, su fundador Ren Zhengfei declaró: “Yo aprendí de Apple, ¿cómo voy a estar en contra de mi maestro?, las medidas en contra de mi compañía lo único que hará es retrasar el desarrollo de la tecnología 5G y hacer más costoso su acceso al público”.
Esta guerra económica pueda tener serias implicaciones en perjuicios de ambas naciones y con una desaceleración de la económica global. Google provee productos a HUAWEI y ya no podrá hacerlo sin licencia con las nuevas medidas, lo cual podría representar pérdidas a esa compañía de telecomunicaciones China por el orden de 30 mil millones de dólares este año.
¿Cuánto tiempo más pasará antes de que esta guerra económica entre Estados Unidos y China se traslade del campo comercial al campo militar? La respuesta no la sabemos. Lo que sí sabemos, conforme a lo que Dios ha revelado en la Biblia, es que China, la segunda potencia económica Mundial, obtendrá una participación decisiva en la batalla final del Armagedón.
China aparece en las Sagradas Escrituras y por lo menos hay cuatro referencias directas e indirectas. La primera está en conexión con Israel, que es el reloj profético de Dios. Por su rechazo al Mesías Cristo cuando vino la primera vez, el pueblo judío, según Lucas 21:24, sería disperso y llevado cautivo a todas las naciones. Pero la profecía asegura en el tiempo final, los judíos poco antes de su conversión al Mesías retornarían a su tierra procedentes de todas las partes del mundo.
Esto el Señor lo prometió en Isaías 49:12 diciendo: “He aquí estos vendrán de lejos; y he aquí estos del norte y del occidente, y estos de la tierra de Sinim”. De acuerdo a la concordancia Strong y a varios eruditos, la tierra de Sinim es una tierra distante de Judá, allá en el oriente, y corresponde a los habitantes del Sur de China. Muchos judíos que estaban dispersos en China han regresado a la nación de sus antepasados en Israel. Es como que si Dios dijera “ Oh Israel, en los últimos días haré volver de la tierra del Oriente de Sinim, de China a tus cautivos”. La palabra de Dios se cumple, en verdad ¡CRISTO PRONTO VIENE!
La segunda referencia es indirecta y está en relación con la millonaria población de China durante el siglo XX. China fue la nación más poblada de la tierra cerca de mil millones de habitantes. Ahora, en el siglo XXI, ha sobrepasado a la India. Con este incremento, la población mundial supera ya los 7 billones, lo cual nos hace pensar en la época de Noé y las condiciones que existieron antes del juicio del diluvio. En Génesis 6:1-3 leemos: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas; y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre porque ciertamente él es carne; más serán sus días ciento veinte años”. ¡Qué interesante!, cuando se multiplicaron los hombres en los tiempos de Noé, aumentó la promiscuidad sexual, la violencia y la maldad, al punto que Dios tuvo que limitar esa generación a 120 años, en lo que Noé predicó y construyó el arca antes de que viniera el juicio del diluvio.
En Mateo 24:37 Cristo dijo: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. Lo mismo que sucedió en la época de Noé cuando los pobladores de la tierra aumentaron, está sucediendo hoy con el aumento de la población mundial poco antes de que Cristo vuelva: maldad multiplicada, violencia nunca antes vista, inmoralidad, crímenes, abortos, homosexualidad, entre otros. A causa de la santidad de Dios y su justicia ante tanto pecado hoy día, frente a un mundo que ha rechazado su amor para salvación en Cristo Jesús, Dios va a tener que enviar otro juicio universal y esta vez no será un diluvio de agua, sino más bien con fuego.
En 2 Pedro 3:7 leemos: “Pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”. Esto nos lleva a un tercer punto de referencia bíblica y profética respecto a China, y es que tendrá una incidencia en el fuego atómico durante el juicio con fuego prometido en la palabra contra los hombres impíos y que tendrá lugar luego del arrebatamiento de Cristo a su iglesia, en el Rapto que estamos esperando y que puede ocurrir en cualquier momento.
En Apocalipsis capítulo 9 aparece la descripción de una guerra termonuclear y el hecho de que China está entre las naciones que posee un arma atómica, confirma el papel de China en una primera fase de la batalla del Armagedón. En el versículo 17 leemos: “Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre”. Sin duda, este es el mejor lenguaje que pudo usar Juan en su época para describir los efectos de los armamentos nucleares, el fuego atómico terrible que se desatará en este futuro conflicto, en los días de la sexta trompeta de juicio que veremos un poco más después.
Llama la atención el asombro de Juan ante lo que Dios le mostró respecto al ejercito en este gran conflicto. En el contexto del verso 16 leemos que Juan dijo: “Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número”. Hace década el ya fallecido líder comunista chino, Mao Tse Tung, se hartó diciendo que China podía poner en pie un ejército de 200 millones de soldados. ¡Aquí podemos ver cómo la palabra de Dios se cumple!
Cuando consideramos la guerra comercial actual entre Estados Unidos y China vemos que esta nación se encaminará al juicio inexorable de una de las copas de ira divina apocalíptica. Esto nos lleva a una cuarta referencia inferida de China en las profecías. El capítulo 16 del libro de Apocalipsis versículo 12, dice: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente”. Entendamos esto, el Dios de Israel que abrió el Mar Rojo y separó las aguas del Jordán para que su pueblo pasara y lo cruzara para salvación, es el mismo Dios que hará que las aguas del río Éufrates se sequen para que los reyes del Oriente los crucen para juicio. Entre esos reyes orientales estarán naciones como Nepal, Birmania, India, Vietnam, por supuesto, a la cabeza irá China.
Ahora, la pregunta es, ¿hacia dónde se dirigirán estos ejércitos orientales? Pues cruzaran el Éufrates hacia el Medio Oriente y el objetivo final será Israel. ¿Por qué? Al inicio, la razón será aparentemente atacar la fuerza del anticristo, el cual tendrá un cuartel general en Jerusalén, quien además ya se habrá sentado en un tercer templo judío para exigir, como si fuera Dios, la adoración blasfema de la humanidad. Es decir, las naciones orientales se revelarán contra el dominio y el imperio mundial del anticristo.
Su reino que comenzó con una falsa paz mundial se convertirá en total caos, anarquía y guerras. Entonces, ¿qué fuerza impulsará a millones de soldados del Oriente con la intención de llegar a Jerusalén? Todo será por obra e inspiración de espíritus inmundos. En Apocalipsis 16:13-14 leemos que Juan dice: “Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de rana; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”.
Observa que uno de los espíritus que atraerán a los reyes del Oriente saldrá de la boca del dragón, es decir satanás, y el dragón precisamente es el emblema nacional de China. ¿Qué te parece? El versículo 16 añade que los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón. Armagedón o el Valle de Meguido, fue el lugar de pasadas batallas y será el lugar de la batalla final cuando Cristo aparezca sobre las nubes del cielo y comience a descender para reinar sobre esta tierra.
Los ejércitos del mundo guiados por demonios para reunirse en Armagedón, olvidarán sus diferencias, serán engañados y de repente volcarán sus armas apuntando hacia el cielo, en un intento estúpido y desesperado del diablo para atacar al Cristo de la Gloria, victorioso inmortal e invencible que no puede ser derrotado.
Por más que satanás te ataque, no podrá derrotarte, si en oración y en fe en la Palabra de Cristo, te aferras a Él que es el Todopoderoso. Por eso, nuestra victoria en cualquier situación está asegurada por el Todopoderoso invencible y que nos hace invencible. Y por eso la derrota de los ejércitos de la tierra en Armagedón será inevitable a pesar de todos los misiles que disparen hacia el cielo contra nuestro Cristo y contra su iglesia, que le acompañará.
En Apocalipsis capitulo 19 versículo 11 leemos que Juan dijo: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero” (este es nuestro bendito y precioso Señor Jesucristo). Luego, en el versículo 14 leemos: “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos” (esta es la iglesia, es decir, nosotros los creyentes en Cristo que siete años antes fuimos arrebatados al cielo y regresaremos triunfante con Cristo, para descender y reinar con Él).
Cristo en este pasaje es descrito con ojos de fuego y con una espada aguda que salía de su boca para herir con ella las naciones ( versículo 15). Los versículos del 19 al 21 dicen: “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho de ante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”.
Qué tremendo será cuando Cristo use la espada de su boca, y sabemos cuál será esa espada. La Biblia dice que la espada del Espíritu es la palabra de Dios (Efesios 6:17). Y la Palabra de Dios pues será esa espada que saldrá de la boca de Jesucristo, el guerrero invencible en la batalla de Armagedón. Ahora, fíjate que esa espada aguda que saldrá de su boca tenía dos filos, como bien leemos en Hebreo 4:12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos...”. ¿Por qué esa espada en la boca de Cristo tenía dos filos? Bueno, porque al igual que las espadas romanas a diferencia que las espadas convencionales tenían un filo cortante en ambos lados. La palabra de Dios por un lado corta con un filo para salvación y vida, como cuando Jesús habló y dijo “Lázaro ven fuera” y el muerto de cuatro días resucitó, porque Jesús es la resurrección y la vida.
Pero la palabra de Dios con el otro filo corta para juicio, como sucederá en Armagedón, pues con una sola palabra que saldrá de la boca de Cristo todos esos ejércitos al instante caerán muertos a sus pies.
Ahora conviene pregunta: ¿La espada de dos filos que sale de boca de Cristo, es decir, su Palabra que has leído en este momento, de qué manera cortará en tu vida? ¿Te cortará con el filo para salvación de tu alma o te cortará con el otro filo que será para perdición y juicio? La respuesta dependerá de cómo tú reaccionarás a la Palabra de Dios que has leído hasta ahora, la cual es más cortante que toda espada de dos filos y penetra a lo profundo de tu alma y de tu espíritu, para discernir los pensamientos de tu corazón. Dios sabe qué hay en tu corazón. Él sabe si en tu corazón ahora mismo habrá un verdadero arrepentimiento y fe para salvación y vida eterna ahora. O si por el contrario, tú al leer su Palabra, en tu corazón hay burla, rebelión o indiferencia a este mensaje.
Cristo dijo en 12:48 “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero”. Y lamentablemente irá con su culpabilidad y pecado eternamente al lago de fuego, a hacerle compañía al diablo junto a todos los impíos.
Si tú no quieres este triste final para tu vida y para tu alma, allí donde estás, por qué no repites esta sencilla oración: Señor Jesús, yo creo que en la cruz tu llevaste mi culpa y pagaste mi deuda al sufrir el justo castigo que yo merecía por mis pecados. Con el filo de la espada de tu Palabra para vida, corta ahora toda ligadura de impiedad que me ata a los vicios al pecado y la maldad. Con tu preciosa sangre límpiame de toda iniquidad, salva ahora mi alma; cambia mi vida y ayúdame a vivir para ti cada día, hasta que vengas por mí en el rapto de la iglesia, amén.
Confiamos mi amigo en que tú hiciste esta oración de verdad, de todo Tu corazón. En Lucas 12:40 el Señor nos exhorta diciendo: “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.