El viernes 26 de junio del año 2015, en una votación histórica en la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, con cinco votos a favor y cuatro en contra, se aprobó la controversial ley matrimonial que ahora permite a parejas lesbianas, y a parejas de hombres gays unirse en matrimonio.
Una vez aprobada, el presidente norteamericano Barack Obama, que desde el 2012 venía avalándola declaro: “Es un gran paso en nuestra marcha hacia la igualdad. Las parejas gay y lesbianas ahora tienen el derecho a casarse como cualquier otra.” Por su parte, la ex candidata por el partido demócrata, Hillary Clinton, manifestó que se sentía : “Orgullosa de celebrar una victoria histórica para el matrimonio igualitario y el coraje y determinación del colectivo LGTB (Lesbianas, Gay, Transexuales y Bisexuales) americano que lo ha hecho posible”.
Mis amables lectores, millones de personas en todo el mundo reaccionaron con aplausos a esta ley, diciendo que ya era hora que se aprobara. Otros, a través de las redes sociales, han expresado, por su parte, un profundo malestar. Nosotros aquí en Impacto Espiritual, no vamos a reaccionar con pánico y temor homofóbico, de ninguna manera, porque sabemos que Dios esta en su trono y tiene todo bajo control, y como bien dijo el autor Max Lucado “alguna cosa buena Dios ha de sacar de todo esto”; pero como comentarista profetico en este medio de comunicación yo no puedo permanecer callado, porque como bien dice la Escritura en 2 Pedro 1: 19: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,…”
Iglesia: despierta, es hora de levantar la luz de Jesús y hacerla brillar, como nunca antes, ahora en medio de las densas tinieblas de ignorancia espiritual en que está sumida la inmensa mayoría de esta incrédula humanidad. Nuestra voz profetica, en el Nombre del Señor, debe ser oida en este tiempo final de tanta apostasía y maldad. El exgobernador republicano del estado de Florida, Jeb Bush, con una postura conservadora, declaró: “…Guiado por mi fe, creo en el matrimonio tradicional...”, es decir, entre un hombre y una mujer.
Siguiendo con nuestra serie referente a contendiendo ardientemente por la fe que ha sido dada a los santos, según Judas 1:3, quiero mis queridos hermanos y amigos lectores, compartir con ustedes, por lo menos siete reflexiones proféticas en torno a esta polémica ley de sexo igualitario.
Cinco verdades bíblicas sobre lo sucedido:
1. Rechazo a Dios: Nos sentimos apesadumbrados, al igual que el profeta Samuel, cuando Israel le pidió un rey que gobernara sobre ellos, así como lo tenían las naciones gentiles. Ante la tristeza de Samuel por dicha solicitud, el Señor le dijo: “… Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos” (1 Samuel 8:7). De igual forma, EE.UU. en su gran mayoría y su presidente, Barack Obama, han rechazado el gobierno de Dios en sus vidas en los asuntos morales.
2. Decir que lo malo es bueno: Con esta decisión se cumple una vez más la palabra profética que está escrita en Isaías: “! Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20).
3. La obra de espíritus engañadores: El presidente Obama y cinco de los nueve miembros de la Corte Suprema de Justicia que aprobaron esta nefasta ley, sin duda, han escuchado a espíritus engañadores, pues esta ley aprobando matrimonios gay y lesbianas es una doctrina inspirada por demonios de perversión homosexual. Al consentir el matrimonio igualitario, se cumple la siguiente palabra profética: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” (1 Timoteo 4:1).
4. La ley de Dios ha sido violentada: Apreciado hermano en Cristo que escuchas estas reflexiones proféticas, que el Espíritu Santo me ha dado, nuestro clamor ahora debe ser como aquel que hizo David cuando en Salmos 119:126 declaró: “Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley.” Se ha violentado la ley de Dios en la naturaleza respecto a la orientación sexual y el mandamiento santo y divino acerca del matrimonio, lo cual inventó Dios y no el hombre. En Génesis 1:27 leemos que la Biblia dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
5. Dios no hizo al ser humano homosexual: La homosexualidad no es una enfermedad, sino una orientación sexual producto de que una persona le abrió una puerta de su vida al enemigo, o como consecuencia de un espíritu generacional de homosexualismo. Dios nos creó con la libertad de escoger entre el bien y el mal, y algún día tendremos que dar cuenta por cómo utilizamos en esta vida el libre albedrío que Él nos dio. Según Eclesiastés 7:29 leemos: “He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.”
Además, nuestro Señor Jesucristo sancionó la belleza y la santidad del matrimonio en contra de toda unión perversa gay y lesbiana cuando respondió a los fariseos diciendo: “… ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” (Mateo 19:4-5)
La Biblia es clara cuando en Génesis 19 nos revela que el pecado de la homosexualidad en la ciudad de Gomorra fue la causa de que Dios mismo la destruyera con fuego. La Biblia además nos dice en 2 Pedro 2:6: “y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente”. Pero hoy vemos que este ejemplo del juicio divino para nada ha servido a los que insisten en vivir impíamente porque han invalidado, despreciado y desafiado la ley de Dios en cuanto a la unión heterosexual.
Tiempo es de actuar y hablar claro a la gente sin temor, pero con amor, acerca de todo lo que la Biblia dice sobre este tema, pues en 1 Corintios 6:9-10 se advierte que: “…ni los afeminados, ni los que se echan con varones… heredarán el reino de Dios.”
6. Lo que le sucede a una nación cuando le da las espaldas a Dios: Los atentados terroristas de Al Qaeda contra Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, fueron un ejemplo de lo que puede suceder cuando una nación abandona a Dios; en consecuencia, Dios la abandona haciéndola presa fácil de sus enemigos.
Un abismo llama a otro abismo según Salmos 42. De la prohibición de leer la Biblia sacándola de las escuelas públicas en los días del presidente Kennedy, la nación se hundió después más en su apostasía aprobando la ley a favor del aborto y ahora se hunde más todavía en un fango de inmundicia aprobando estas uniones entre personas del mismo sexo. (Lea todo el capítulo 1 de Romanos para que veas cuán detestable es esto para Dios).
Luego de la prédica de Jonás a Nínive, la ciudad y su rey se arrepintieron, se humillaron, ayunaron, se vistieron de cilicio y Dios postergó el juicio contra la maldad de los ninivitas. Tristemente, después de los atentados del 9/11, en los Estados Unidos no hubo un arrepentimiento nacional ante la predicación de David Wilkerson y otros predicadores; y en consecuencia, qué podemos esperar sino un juicio de Dios peor todavía y con fuego atómico proveniente de naciones como Rusia con su arsenal nuclear. Esto sucederá cuando Rusia temerariamente, y sus aliados invadan, ataquen a Israel según Ezequiel 39:6: “Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las costas; y sabrán que yo soy Jehová.” (Lea Ezequiel 38 y 39 donde se predice).
Da mucho dolor pensar que esto está sucediendo con la nación más engrandecida por Dios en la tierra, aquella nación que fue fundada sobre principios bíblicos. Pero se está cumpliendo lo que dijo el Señor: “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.” (Isaías 1:2)
Así como le sucedió a la apóstata nación de Israel en el Antiguo Testamento, cuando se apartaron de Jehová que los bendecía, asimismo está sucediendo hoy con la bendecida nación norteamericana. Es una nación en franca rebelión contra Dios.
7. El escenario ya está preparado: Con la aprobación de esta abominable ley que imperará en todos los 50 estados, ahora el escenario está preparado para que ocurra lo mismo que sucedió en Sodoma y Gomorra en los días de Lot, sobrino de Abraham. Muchos cristianos en los Estados Unidos, y otros lugares del mundo, viven literalmente en una Sodoma con el movimiento homosexual ganando cada día más fuerza y aun infiltrados en los gobiernos manipulándolos y en iglesias apóstatas que se han prestado para ser instrumento de Satanás con la proliferación de este cáncer moral que cada día se extiende más.
Después del arrebatamiento de la iglesia por Cristo hacia las nubes de gloria, habrá un juicio de fuego que caerá sobre los impíos y las iglesias apóstatas que se quedarán. Solo Dios sabe cuánto tiempo la iglesia verdadera de Cristo seguirá aquí resplandeciendo en medio de esta generación que se niega a creer en Él, y de repente, en algún momento, cuando la vida siga su curso normal con la gente comprando, vendiendo, viajando, trabajando, etc., súbitamente seremos quitados de aquí así como el Señor hizo cuando dos ángeles sacaron primero a Lot de Sodoma y después vino el juicio sobre esta ciudad pecadora, según leemos en Lucas 17:28-30 dijo aquí Jesus: “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste”.
Una palabra para padres de familia
Termino con una palabra de exhortación para ti, oh padre de familia que me lees. Velemos por el bienestar espiritual de nuestros hijos y estemos alertas ante la inevitable influencia de la educación moderna sin valores morales y de carácter anticristiano que ahora querrá enseñar a nuestros hijos que el que dos hombres o mujeres se unan para “casarse”, y después adoptar un hijo, es algo bueno y aceptable y “normal” para un cuadro familiar.
Da espanto pensar que en lo sucesivo muchos niños que serán adoptados abrirán la puerta de la recámara de sus “padres” para entonces contemplar a dos hombres o dos mujeres en la cama en una unión sexual perversa. ¡Dios tenga misericordia de nosotros! y nos ayude desde temprano a educar a nuestros hijos en el conocimiento y en un santo temor a Dios y con la Palabra de Dios. De esta manera, y con el ejemplo que les demos, crezcan con un sólido fundamento bíblico y con buenos valores morales, para entender que el plan divino para la familia es un círculo donde deben estar papá, mamá y los hijos, y Cristo en el centro de las vidas en ese círculo, en el hogar bendecidos por Dios. Como leemos en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
La misericordia de Dios es grande
Amado amigo, la ausencia de juicio divino todavía, ante tanta provocación a la ira de un Dios justo y santo que no tolera el pecado, solo puede entenderse cuando la Biblia dice que el Señor es lento para la ira y grande en misericordia. Es decir, Él está más pronto en perdonar que en castigar, porque aunque aborrece al pecado, Él ama al pecador. Cristo Jesús pagó en la cruz nuestras deudas que no podíamos pagar llevando Él, inocente y santo, el justo castigo que nosotros merecíamos a fin de poder librarnos del fuego y el castigo eterno; y esto lo hizo mediante su sangre preciosa derramada, que es lo único que tiene poder para salvarnos y limpiarnos de todos nuestros pecados. Como leemos en 2 Pedro 3:9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero esto no será realidad en ti a menos que te hayas arrepentido y creído abriendo tu corazón e invitando a
Cristo para que entre en tu vida, recibiéndole como tu único y suficiente Salvador personal y Señor, te perdone y salve tu alma eterna.
Una invitación personal
Si aún no has aceptado a Jesús, te invito a que ores así: “Señor, reconozco que soy pecador y que te necesito; lávame de toda maldad con tu sangre preciosa; salva mi alma, cambia mi vida, hazme una nueva persona y escribe mi nombre en tu libro de la vida. Gracias por darme la vida eterna ahora y ayúdame a conocerte más a través de la Biblia, que es tu palabra, y con la guía de tu Espíritu Santo; y ayúdame a serte fiel hasta que vengas”.
Lucas 12:40 exhorta: “VOSOTROS, PUES, TAMBIEN, ESTAD PREPARADOS, PORQUE A LA HORA QUE NO PENSEIS, EL HIJO DEL HOMBRE, VENDRA.”